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La digitalización que vivimos actualmente, podría entenderse, a grandes rasgos, como una etapa en la que la tecnología va incorporándose en todos los ámbitos de nuestras vidas, reemplazando procesos manuales con herramientas tecnológicas que facilitan las tareas.
Uno de esos tantos recursos que ha aparecido de una manera relativamente reciente, es el de los ERP. Muchas empresas contratan estos servicios actualmente y son, sin dudas, una de las estrellas del momento en cuanto a softwares destinados a la administración de negocios.
¿Qué son los ERP? Te lo contábamos en otro de nuestros artículos: “son softwares de planificación, administración y gestión, que permiten integrar los procesos empresariales, tales como logística, inventario, facturación, etc. Sus dos funciones más preciadas son la de integrar y automatizar estas etapas de los negocios”.
Ahora que sabemos qué es y para qué sirve un ERP, el siguiente paso a dar sería analizar por qué son tan necesarios para las empresas, qué ventajas y beneficios les ofrecen que hacen que tantas compañías se decanten por adquirir esos servicios.
Para hacerlo de una manera más sencilla, vamos a citar algunas de las ventajas principales de estos programas:
- Automatización de procesos.
- Ahorro de tiempo.
- Integración de varias áreas en una sola plataforma.
- Información de la empresa accesible en tiempo real.
- Mejor toma de decisiones al contar con los datos a la mano.
- Ahorro de dinero.
- Adaptabilidad a las necesidades de la empresa.
Analizando una por una, todas esas ventajas son, precisamente, en los puntos críticos de los negocios, por lo que una buena aplicación del ERP puede cambiar la vida a los emprendedores y empresarios, permitiéndoles tomar mejores decisiones y ahorrándoles tiempo y dinero.
En la era de la tecnología, es necesario aprovechar las ventajas y aliados que nos ofrece, en todos los aspectos, ya que la mayoría están pensados para facilitarnos la vida. Además, como solemos repetir, en un mercado tan complejo como el actual, dar este tipo de ventajas frente a la competencia puede significar quedar fuera del juego.
Escrito por Pablo Ortiz.
